lunes, 8 de septiembre de 2014

¡No permitiré que actúes o pienses mal de mí!

¡No permitiré que actúes o pienses mal de mí!
 
Estoy segura que a todos nos causa un gran malestar y enojo cuando alguien piensa o actúa mal con nosotros, en especial cuando se trata de una acusación injusta. Muchos quieren defenderse peleando para no permitirlo, otros preferimos seguir haciendo lo que nos parece correcto e ignorar a los demás, pero debes saber que Jesús hizo algo diferente:
Cuando llegaron a Capernaúm, se acercaron a Pedro los que cobraban el impuesto de dos dracmas y dijeron: ¿No paga vuestro maestro las dos dracmas? Él dijo: Sí.
Y cuando él llegó a casa, Jesús se le anticipó, diciendo: ¿Qué te parece, Simón? ¿De quiénes cobran tributos o impuestos los reyes de la tierra, de sus hijos o de los extraños? Y cuando respondió: De los extraños, Jesús le dijo: Entonces los hijos están exentos.
Sin embargo, para que no los escandalicemos, ve al mar, echa el anzuelo, y toma el primer pez que salga; y cuando le abras la boca hallarás un estáter; tómalo y dáselo por ti y por mí. Mateo 17:24-27 (LBLA)

El diccionario define “escándalo” como: “acción o palabra que causa que alguien obre mal o piense mal de otra persona”. También como “asombro por un mal ejemplo”.
Los dracmas eran un tributo que se cobraba para las necesidades del templo, por lo que algunos rabinos, que servían en el mismo, ya no las pagaban. Jesús le hace dar cuenta a Pedro que a Él no le corresponde pagar, puesto que así como los reyes no cobran impuesto a sus hijos, de la misma manera, el hijo de Dios no debía pagar impuesto de su casa.
Lamentablemente,  como mucha gente ignoraba quién era Él en realidad, al ver que no pagaría el tributo podría haber surgido  un escándalo, pero  Jesús no quiere dar pie a ello. Tampoco se irrita o se enoja contra aquellos que pudieran criticarlo. Él evita que lo tomen como mal ejemplo, que actúen o piensen mal y opta por pagar.
A veces tomamos la decisión de pelear para no permitir que hablen mal de nosotros o actúen en contra nuestra, o nos enojamos contra los que pueden criticarnos y más cuando nos acusan injustamente. Sin embargo, recuerda que Jesús no permitió que hablen o piensen mal de Él pero no peleando sino con humildad.
Te animo a esforzarte para evitar que los que te rodean puedan pensar mal de ti o tomarte como mal ejemplo. Dios sabe porqué lo haces y también sabe que estás más parecido a Él.
¡Piensa en ellos más que en ti!


 
 
  
   Shirley Chambi 
    tomado de   CVCLAVOZ

martes, 2 de septiembre de 2014

levanta tu mirada

No busques recompensas terrenales, tal vez no se te den, pon la mirada más arriba, levanta tus ojos
Tú vales mucho para Dios, por eso Él te escogió desde el vientre de tu madre!
“Yo soy Dios, tu creador; yo te formé desde antes que nacieras, y vengo en tu ayuda. »No tengas miedo, querido pueblo mío, tú eres mi fiel servidor, tú eres mi elegido.”
Isaías 44:2 (Traducción en lenguaje actual)

Los Tres Leones

En una selva vivían tres leones. Un día el mono, el representante electo por los animales, convocó a una reunión para pedirles una toma de decisión.
 Todos nosotros-dijo el mono- sabemos que el león es el rey de los animales, pero tenemos una gran confusión: En la selva existen tres leones y los tres son muy fuertes. ¿A cuál de ellos debemos rendir obediencia? ¿Cuál de ellos deberá ser nuestro Rey?
Los leones supieron de la reunión y comentaron entre sí:-Es verdad, la preocupación de los animales tiene mucho sentido. Una selva no puede tener tres reyes. Luchar entre nosotros no queremos ya que somos muy amigos…
Necesitamos saber cual será el elegido, pero, ¿Cómo descubrirlo?
Otra vez los animales se reunieron y después de mucho deliberar, le comunicaron a los tres leones la decisión tomada:
-Encontramos una solución muy simple para el problema, y decidimos que ustedes tres van a escalar la Montaña Difícil. El que llegue primero a la cima será consagrado nuestro Rey.
La Montaña Difícil era la más alta de toda la selva. El desafío fue aceptado y todos los animales se reunieron para asistir a la gran escalada.
El primer león intentó escalar y no pudo llegar. El segundo empezó con todas las ganas, pero, también fue derrotado. El tercer león tampoco lo pudo conseguir y bajó derrotado.
Los animales estaban impacientes y curiosos; si los tres fueron derrotados, ¿Cómo elegirían un rey?
En este momento, un águila, grande en edad y en sabiduría, pidió la palabra:
-¡Yo sé quien debe ser el rey! Todos los animales hicieron silencio y la miraron con gran expectativa.-¿Cómo?, preguntaron todos.-Es simple… dijo el águila. Yo estaba volando bien cerca de ellos y cuando volvían derrotados en su escalada por la Montaña Difícil escuché lo que cada uno dijo a la Montaña.
El primer león dijo: – ¡Montaña, me has vencido!El segundo león dijo: – ¡Montaña, me has vencido!El tercer león dijo: – ¡Montaña, me has vencido, por ahora! Pero ya llegaste a tu tamaño final y yo todavía estoy creciendo.
La diferencia, completó el águila, es que el tercer león tuvo una actitud de vencedor cuando sintió la derrota en aquel momento.Los animales aplaudieron entusiasmadamente al tercer león que fue coronado El Rey de los Animales.
No tiene mucha importancia el tamaño de las dificultades o situaciones que tengas. Tus problemas, por lo menos la mayor parte de las veces, ya llegaron al nivel máximo, pero no tú.
Tú todavía estás creciendo y el Señor en tí es más grande que todos tus problemas juntos.Todavía no llegaste al límite de tu potencial y de tu excelencia.La Montaña de las Dificultades tiene un tamaño fijo, limitado. ¡Tú todavía estás creciendo!
Salmos 63:8 “Está mi alma apegada á ti: Tu diestra me ha sostenido”